jueves, 1 de marzo de 2012

RESEÑA HISTÓRICA DE LA INSTITUCIÓN





         La Escuela Secundaria General N° 30 “Octavio Paz” se ubica en la Calle Andrés Soler s/n del Fraccionamiento “Villas del Oeste” en esta ciudad de Aguascalientes, fue fundada en el año 2000, por lo que se puede considerar como una escuela relativamente nueva ya que en el ciclo escolar 2002 – 2003, salió la primera generación.

         Fue fundada por la actual Directora, Mtra. Ma. Teresa Frías Barbosa, inició con 5 grupos de 1er. Grado, 13 profesores, 1 prefecta, 1 contralora, 1 administrativo, 1 intendente  y 1 velador, siendo en total 19 trabajadores.

        Actualmente cuenta con Dirección, Subdirección, Coordinación Escolar, 25 docentes, contraloría, 2 prefectos, 1 trabajadora social, 4 administrativos, 5 intendentes y 1 vigilante, en total 41 trabajadores, más  9 grupos distribuidos en tres grados, 3 primeros, 3 segundos y 3 terceros.

    En su infraestructura cuenta con 9 aulas, 2 laboratorios de Tecnología (Ofimática y Diseño Arquitectónico) un laboratorio de ciencias, uno de idiomas, dos de computación (uno con internet),  2 aulas equipadas para HDT  con 20 laptops cada una, 3 aulas con enciclomedias, oficinas administrativas, patio cívico, una cancha de básquetbol y una de fútbol rápido.
                
        Una parte del personal fundador se encuentra en la siguiente fotografía.



      El personal actual es el siguiente:

MISIÓN Y VISIÓN


MISIÓN
Desarrollar una formación integral a través del compromiso colaborativo mediante el conocimiento de valores y la vivencia de virtudes que trasciendan en el mejoramiento personal de su entorno.

VISIÓN
Ser una institución que ofrezca una educación de calidad que garantice en nuestros alumnos el desarrollo de competencias.

CONCURSO ESTATAL DE CUENTO: FASE DE SECTOR




El día 17 de febrero de 2012, nuestra escuela fue sede de la FASE DE SECTOR del CONCURSO ESTATAL DE CUENTO 2011 – 2012, contando con la participación de 5 instituciones, la Secundaria General N° 10 “22 de octubre”, la Secundaria general N° 30 “Octavio Paz”, el Colegio Boston, El Colegio Latinoamericano y el Colegio Juan Manuel Enríquez.

Contamos con la participación de tres distinguidos maestros como Jurado Calificador: la Profra. Elisa Castro Contreras, El Dr. Cuauhtémoc Alfaro Delgadillo y el Profr. Miguel Peralta Espinoza, así como la presencia del Profr. Sergio de Velasco Macías  y del Profr. Javier Reyes Marín Coordinador y Supervisor de Secundarias del CDE Insurgentes respectivamente, quienes dieron fe de la legalidad del certamen.

El resultado final quedó de la siguiente manera:


PRIMER LUGAR 
MERCEDES JAQUELINE IBARRA MENDEZ
 SECUNDARIA GENERAL 10

SEGUNDO LUGAR
 GUADALUPE ISABEL HERRERA
  COLEGIO LATINOAMERICANO

TERCER LUGAR
 ALEJANDRA VAZQUEZ MARQUEZ
SECUNDARIA GENERAL 30

CUARTO LUGAR
 GUILLERMO VAZQUEZ FRANCO
 COLEGIO BOSTON

QUINTO LUGAR
 ASTRID MACIAS SANCHEZ
 COLEGIO JUAN MANUEL ENRIQUEZ





En las siguientes entradas de ese blog presento los cinco cuentos participantes.

CUENTO: PRIMER LUGAR


PRIMER LUGAR
Autora: Mercedes Jaqueline Ibarra Méndez
Esc. Sec. Gral. N° 10 “22 de octubre”

La Sirena y su abuelita.
Esta es la historia de una bella sirena, con unos grandes ojos color marrón, una cola como el arcoíris y un cabello largo y negro, su nombre era Sara.

Sara vivía en un bosque; donde se encontraba un lago muy profundo y puro, mas a pesar de todas las cualidades de esta hermosa sirena, no contaba con un solo amigo, pues todos la hacían llorar. En ese bosque, se encontraban muchos animales, castores, conejos, ardillas, etc., pero nunca trataban bien a Sara y era por una sola razón.

Sara, además de ser bondadosa y buena, podía obtener comida de una forma muy rápida; pues cada vez que ella derramaba una lágrima, el cielo sentía su tristeza y enseguida comenzaba a llover, pero de una manera muy extraña, porque llovían pastelillos y muchos dulces deliciosos.

Cada día al salir el sol, la mama de cada familia, mandaba a sus hijos a hacer llorar a la sirena para así obtener la comida que necesitaban, y eso era muy estresante para Sara.

Había días en que la sirena no quería ni salir de su casa en el agua, pues sabía que la esperaban insultos; pero por la noche platicaba y se desahogaba con su única amiga, la luna:

-Hay amiga, quisiera ser tú, para tener un gran resplandor, ser grande y ver la vista tan hermosa desde el cielo, seria grandioso…

-Pues mira Sara, no es tan bonito ser luna…

-¿Cómo que no?, tienes millones de amigas estrellas y cometas, yo en cambio no tengo un solo amigo, solo tu…

La luna al ver como Sara volvía a su casa en el lago tan triste, decidió, observar a la persona más tierna que pasaría cerca de ese bosque, y en cuanto vio una viejita con su pelo como plata que iba rumbo a un templo, luna apago por completo su luz, dejándose ver solo a la señora, diciéndole:

-¿Qué tal? Yo creo que usted me conoce; soy la luna que le da luz todas las noches.

La señora asustada, no sabía qué hacer ni que decir entonces cayó desmayada.

Siendo la tarde del siguiente día, la viejita puedo despertar al fin, pero a un costado del lago de Sara, esta al salir de casa, se desconcertó, un poco al ver a la señora ahí y enseguida le preguntó:

-¿Disculpe “abuelita” como llegó usted aquí?

-Ay, hijita la verdad no lo sé, creo que me desmaye y caí por aquí…
.Bueno pero ¿está bien?

-Sí, gracias, lo malo es que no se qué hacer no tengo donde vivir y ni una sola amiga que me ayude…

En cuanto Sara escuchó las palabras de la señora, sintió tristeza por ella y le dijo:
-¿Es cierto? ¿No tiene amigas?

-No, nadie

-Pues… a mi me encantaría ser una para usted, ¿le parece?

-Sí, pero tú eres, joven, llena de vida y ánimos, en cambio yo soy solo una vieja.

-No importa, aun así su amistad es valiosa, y muy importante, pues yo tampoco tengo amigos, y todos los animalitos de aquí me hacen sentir mal, son groseros y pienso que me odian.

-Tranquila hija, no creo que sea así, si eres muy buena.

Sara al escuchar sus palabras, derramó una lágrima y a la vez desde el cielo, cayó un panquecito que olía y se veía delicioso, la viejita; un poco extrañada le preguntó a su nueva amiga:

-Oye pequeña, este pastelillo cayó del cielo, cuando tú dejaste caer esa lágrima ¿Por qué paso?

-¿Cuándo yo lloré?

-Sí, fue muy raro, pero esto sabe riquísimo…

Entonces la hermosa sirena comenzó a imaginar, que esa era la razón por la cual, los animales la hacían llorar tanto, y para comprobarlo llamó al castorcito:

-Oye Oscarito, ven castorcito, ven.

-¿Qué quieres sirena fea y tonta? ¡Solo molestas!

Sara comenzó a llorar y empezaron a llover a cántaros, miles de dulces sobre Oscar el castor:

-Jajajajajaja-se rio y se fue corriendo.

-¡Sara! ¿Por qué dejas que te hable así?; deja de llorar…

.No se preocupe abuelita, fue intencional, me he dado cuenta que me hacen llorar para comer y pues…

-¡No, nada! Ahora vengo…

La señora salió corriendo, y convoco a una junta con todos los animales, Sara en cambio, no sabía que pasaba y decidió meterse a casa.

Ya casi era de noche y la sirena empezaba a ver a luna, cuando en eso, vio que se acercaba su “abuelita” con todos los animales del bosque detrás, Sara salió de casa y gritó:

-¡Para que los trae!, ¡Lléveselos, solo me hablan por interés!

-No es así hija, ellos son tus amigos.

-¡No es cierto abuelita!, ¡No es cierto!

-Mira, Sara, estuve platicando con ellos y en verdad te quieren, si te tratan así es porque tienen que vivir y en este lugar la comida es muy escasa, sé que es una mala forma de obtenerla, pero están arrepentidos, ¡Vamos escúchalos por favor!

La sirena no dijo nada, solo se quedo callada, y Román el conejo comenzó a hablar:

-Discúlpame, te lo digo con toda sinceridad, antes éramos muy buenos amigos, ¿Lo recuerdas?, y poco a poco dejamos de serlo por mis malos tratos y por ser un glotón, come-golosinas, lo lamento mucho, quiero que volvamos a ser amigos.

También habló Oscar el castor:

-Sí, todos teníamos una gran amistad, siento mucho lo que pasó y pues ¡mírame! Por andar de comelón, estoy como un barrilito y creo que ese es mi castigo, ¡podría enfermar!, pero eso no importa con tal de compartir mejores momentos contigo.

En eso intervino la viejecita para hablar con Sara:

-Lo vez, a pesar de todo, tus “amigos” están arrepentidos y nunca dejaron de quererte, deberías perdonarlos, ¿Qué  te parece hija?

-No lo sé, realmente me dolió mucho y…

-¡Vamos Sara!, dales una oportunidad, todo este tiempo tuviste mas amigos de los que pensabas.

Dijo Luna, quien ya había salido por completo, y Sara al escucharla se puso a pensar un poco, y al momento en que iba a hablar, por sus mejillas cayeron lágrimas, pero ahora no llovió, luna dijo:

-El cielo quería escuchar las disculpas y es por eso que ya no lloverán pastelillos, para hacer sentir mejor a Sara.

En eso… Sara le dio un abrazo a su “abuelita” y gritó:

-¡Claro que los perdono! ¡Amigos!

Todos se pusieron felices, volvieron a ser amigos y todos los días la viejita, cocinaba cosas diferentes a sus nuevos hijos, y estos a su vez, de ser amigos, llegaron a ser más que eso, a ser ¡hermanos! ¡Junto con Luna por supuesto!
FIN
                                                By: Niña Rasta

CUENTO: SEGUNDO LUGAR


SEGUNDO LUGAR
Autora: Guadalupe Isabel Herrera López
Colegio Latinoamericano

“DELIRIO DE FEBRERO”


Cinco de la mañana, despierto de nuevo con el pijama todo sudoroso. Es la misma rutina de hace dos semanas, el mismo sueño que me atormenta desde aquel encuentro con Rebeca. En el sueño me encuentro solo, varado en medio de la nada, no hay ninguna luz a mi alrededor, todo se encuentra incompleta calma. Yo estoy tirado en el suelo sollozando, sin emociones, sin metas. Pero de pronto algo increíble sucede, la figura más bella que jamás haya visto aparece enfrente de mis ojos, se acerca poco a poco, mencionando mi nombre – Daniel… Daniel. Veo su rostro, su piel blanca como la nieve, su cabello tan negro como la noche y sus labios, los labios más carnosos del mundo. Se postra a mi lado y toma de mi mano…. Me dice que todo esta bien, de alguna forma logra saltar encima de mí y pronuncia las palabras más hermosas – Te amo – dice acerca de su boca, hacia la mía y cuando están a punto de tocarse me di cuenta que aquella mujer es Rebeca, mi mejor amiga así que trato de quitarme y termino cayendo al vació. Hace dos semanas, catorce de febrero que fue inicio de mi penar. Aquel Día diferente. Me levante a las seis de la mañana como siempre me puse el uniforme y desayune algunos panes tostados salí de mi casa dispuesto a ir al cole. En el camino me encontré con Luís el niño más entrometido de la escuela.

-Hola Daniel, como te va el día de hoy, ¿listo para conquistar a alguna Chica?- me dijo.

- No creo Luís, no me interesa nada de eso, mejor deberías encontrarte una escuela en vez de estar pensando en muchachas- le dije.

-Ay, Por favor Luís, eres el chico más atractivo. Todas las niñas se derriten por ti y me sales con la idiotez que no te importa-me dijo- te apuesto que hasta incluso Rebeca…

En eso llegó Rebeca

- Mira patán ni se te ocurra terminar esa oración- dijo Rebe molesta.

-Esta bien está bien perdón rebe- respondió Luis.

-Hola Daniel Feliz día del amor y la amistad-me dijo rebeca dándome un abrazo. En aquel instante llegamos al colegio y sonó el timbre. Entramos corriendo al salón de clases, Se podía sentir el amor que se encuentra en el aire todas las parejas se encontraban juntas, demostrándose el cariño que se tenían. A la Hora del Recreo Rebeca y yo nos juntamos para almorzar en el jardín. Todo iba normal hasta que de pronto ella tomo mi mano.

-Oye Daniel ¿Oye Daniel Te puedo Pedir un Favor? Quiero que me ayudes a conquistar un chavo- Me dijo.

-Sí, Claro-Conteste- ¿Cómo Se llama?

-No te lo puedo decir, solo que es un gran muchacho, quiero que me digas que le gustaría a un hombre en este día-Dijo con Bochorno. 

-Tal vez una salida a la plaza comiendo helados, algo por el estilo-

-Buena idea-contesto- pero no quiero ir sola con él así que ahí que juntar a más personas-

Así fue cuando invitamos a Esteban, Luís, Karla y Mariana a la plaza. Todos compraron su helado pero como Rebe no traía dinero se me hizo un buen gesto comprárselo. Al dárselo se me figuro que irradiaba alegría al voltear a ver a los demás parecía que carla y Mariana Tenían Envidia. 

-Gracias, Esque mi padre tiene muy mal carácter, no me quiso dar dinero, es difícil ser hija de alguien así- Dijo-

-No importa, mejor trata de conquistar el chico que te gusta, ¿Es Esteban Verdad?-Sólo sonrío y se fue con los demás-

Comenzamos a caminar por la plaza cuando comenzó una pequeña lluvia en ese instante de confusión Luís se agarro de mi chaqueta y Luís me separó del grupo.

-¿Ya te Lo dijo?- Hablando en voz baja-

-¿Quién? Luís, De que me estás hablando?-respondí desconcertado
-Rebeca….ya te dijo que te ama?-contesto.

-No, estas mal ella esta enamorada de oro chavo, hasta que me pidió consejo-respondí fuera de lugar-Dije:

-No, ella está enamorada de ti, ahí te lo iba a decir.- Sentí que me dio un vuelco el corazón.

De pronto llegaron los demás e inició más fuerte la lluvia. Le puse mi chamarra a Rebeca, La tome de la mano y Luís se llevo a Los Otros. Con el Nudo en la garganta le dije:

-¿Es Cierto que estás enamorada de Mí?- Se detuvo en seco y empezaron a brotar lágrimas de su rostro, entonces con una sonrisa de par en par, respondió-

-Sí, Daniel, siempre lo eh estado, ayer no paraba de soñar con este momento, te amo con todo mi ser- un estremecimiento y sin pensarlo le dije-
-Yo también te amo- En ese momento nuestras cabezas se juntaron y nos besamos en los labios, el mejor Día de mi Vida Pensé- Ya no nos preocupemos por los otros- y lo que resto de la noche la pasamos juntos. 

Al llevarla a su casa recibí el último beso.

-¿Por qué rayos besaste a mi Hija?-Dijo el Señor-

-Papá, el es mi novio Daniel- Respondió muy nerviosa-

-Buenas noches señor-dije-

-No permitiré esto, mañana mismo te cambió de escuela-dijo su papá.

-No papá- lloraba Rebeca. Al Día siguiente Rebeca había sido enviada al extranjero. Aquel 14 de febrero fue el último día que la vio. Y me encuentro igual que en mi sueño solo perdido en el vacío.

CUENTO: TERCER LUGAR


TERCER LUGAR
¡Otro cambio vendrá!
Autora: Alejandra Vázquez Márquez
Escuela Secundaria General N° 30
“Octavio Paz”


¡OTRO CAMBIO VENDRÁ!

¡Otro cambio vendrá! ¿Qué,  otro cambio? ¡No es justo aun no tenemos un año aquí!

Jim, Soñaba eso todas las noches en su alcoba. Recién llegado de Guadalajara, adaptándose a su nuevo estado “Aguascalientes”. Era apenas su 6° estado. Jim odiaba cambiarse de estado una y otra vez.

Bien dicho era apenas su 6° estado, por lo tanto conocía muchas culturas de su bello México. Conocía; Puebla, Sinaloa, Morelos, Colima, Querétaro, Nayarit, etc.…   en fin, conocía media republica mexicana.

Todo salía bien. Llegó el día de inscribirse a otra nueva secundaria, cursaba apenas 3° año de secundaria.

Llego con su papá José y su mamá Matilde a una pequeña, pero linda escuela era casi principio de año y Jim aún no tenía escuela. Entro a dirección y junto con sus padres hablaron con la directora, tratando de inscribirse.

-No es fácil, ya falta tan solo 1 semana para iniciar las clases, dijo la directora.

Sabemos, pero vea las calificaciones, son buenas en verdad, yo escuchaba eso siempre, “son buenas, es un buen joven”

Pff, ¡Como si con decir eso mi vida se arreglaría!

Lo bueno fue escuchar una voz que decía “viéndolo bien son buenos tus promedios, mira que sacar 9.7 en primero y 9.2 en segundo está muy difícil, ahora la juventud no le toma mucha importancia a los estudios”.

Una leve sonrisa surgió de mis mejillas hacia mi boca, bueno en realidad no quería sonreír ya que la nueva escuela significaba tener nuevos amigos y la verdad no quería tenerlos,  se que me escuché un tanto enojón o como me decía mis papá un “amargado”.

Lo que pasa es que ellos no comprendían lo mal que se sentía decirle adiós a tus amigos. La última vez que lo dije tuve que despedirme de mi vecino él se llamaba Edgar era mi mejor amigo.

Yo sabía que para mi mamá tampoco era fácil el cambio. Porque no conocía a nadie y se sentía sola, bueno relativamente porque nos tenía a nosotros.

Creo que a mi papá le daba lo mismo, al final de cuentas  “tendré trabajo y a mi familia”, eso también lo escuchaba en cada cambio.
Era poco tiempo para ir a la escuela, mamá entro en mi habitación y dijo – Mañana conocerás a mucha gente y sentirás el calor de tus nuevos compañeros.
Le dije; Claro mamá como soy tan amigable y social al llegar todos me hablaran y me pedirán que sea su amigo- el sarcasmo era obvio, esa voz y mi sonrisa fingida no era más notoria que un gran grito interno diciendo ¡NO QUIERO IR!

Mamá dijo que  tomara un poco de leche en un cántaro y que comiera un pan dulce ya que las penas con pan son buenas.

Termine la merienda y me arrope en la cama para descansar y si podía también dormir.

¡Hijo despierta es hora de ir a la escuela!
No papá no iré ¡déjame dormir!
Nada de  eso, te das un baño y a la escuela

No me quedaba de otra que ir a tomar el baño, desayunar e irme a  la nueva escuela.
  
Así fue, sufrí un poco a la llegada ya que es muy extraña esa sensación de nervios que sentía cada vez que llegaba a una nueva escuela, pero bueno siendo sinceros ya me iba acostumbrando a ella.

Pedí informes para descubrir cual era mi salón “3°B”. Pregunte al subdirector, muy amable y sonriente me llevó hasta el aula.

Me deseo buena suerte con aquella sonrisa en su boca y fue inevitable que no me contagiaría aquella.

Entre al salón y vi a lo lejos  una linda niña, creo que me atrajo su sonrisa y la forma de sus labios.

Jim no te enamores recién llegaste y ya te gusta alguien, me dije. Tratando de no verme muy obvio, busque un lugar junto a ella   -¿está  ocupado?- ella con voz muy tierna me dijo no adelante, puedes sentarte.

Le dirigí una sonrisa que no rechazó y tome asiento. Llego nuestra maestra y tutora la profesora Linda, y no es cierto que lo estuviera, pero creo que sus padres no decidieron muy bien su nombre que digamos.

Creo que lo que pensé lo dije en voz alta porque la niña bonita de mi lado soltó una carcajada. Y me dijo, tienes toda la razón, me pregunto mi nombre le dije me llamo Jim, con la voz más varonil que pude, y así mismo le pregunte el suyo. Ella respondió Mariana con esa voz  tan dulce. Mucho gusto Mariana fue lo único que se me ocurrió decirle. Me tomo de la mano con un gran apretón, le seguí la corriente. Pasaron las tres primeras materias y sonó el timbre de receso.

Salí al patio a lonchar vi a Mariana con sus amigas, no podía llegar con ella y sentarme como si nada. Así que decidí lonchar en una banca que estaba un tanto distante de ella.

A medio receso llego a molestarme el más rudo y temido de la escuela, creía que era de primero y me tiro el jugo que tomaba, al ver eso Mariana intervino y le dijo – déjalo Miguel no seas así- a Miguel no le quedaba de otra que dejarme ya que Mariana le gustaba.

El se retiro y Mariana se quedo acompañarme, con esa voz que me encantaba me dijo tu tranquilo solo se quiere hacer el rudo.

Entramos de nuevo a clases, hasta que dieron el toque de salida.

Me despedí de ella y salí de la escuela. En la salida mi mamá me esperaba en el auto. La típica rutina de preguntarme como me fue en la escuela salió de la boca de mi mamá, yo con la voz seria y fría le dije bien. Me respondió ¿nada más bien? Con la cara más seria le dije: si nada más bien.

 Mamá supo que no tenía ganas de hablar, pero por dentro estaba muy emocionado.

Así transcurrieron 3 bimestres, pero en todo ese tiempo descubrí que no podía vivir sin amigos, aunque trataba de alejarme de ellos no podía, me hablaban, me sonreían y me integraban al grupo.

Rompí mi promesa, es inútil no tener amigos, con ellos compartes todo lo que te puede pasar, bueno o malo, una persona sin amigos es una persona sin aliento, en los momentos más difíciles ellos están ahí, me acostumbre a los cambios y así como me acostumbre a ellos también me acostumbre a amar mi vida.

Sucio, limpio, flaco, gordo, Mariana siempre estaba ahí. De ser la niña que me gustaba se convirtió en mi mejor amiga.

Escribir una carta para ella no es fácil pero ahí le demostré todo mi cariño.

Sin ella a mi lado no seré nada, mi mejor amiga, mi alma, te agradezco todo tu amor y comprensión.

Así fue mi carta, todo  mi agradecimiento para mi buena amiga Mariana.

Ni de aquí, ni de allá:
“La tapatía”


CUENTO: CUARTO LUGAR


CUARTO LUGAR
Autor: Guillermo Vázquez Franco
Colegio Boston

NEVILLE
Todo comienza no hace mucho tiempo en un río de agua clara, donde un niño llamado Neville fue a nadar muy temprano.

Neville jamás en su vida había entrado a nadar a un río, era la primera vez que lo hacía, estaba muy  ansioso, nunca en su vida había estado tan impaciente por hacer algo. Neville todo el camino sintió muchas ganas de intentar hacer un salto impresionante, pero cada vez que se emocionaba mucho pensando en la idea, de pronto, ponía cara seria y se le llenaban los ojos de lagrimas, y pensaba: “¿En que rayos estoy pensando? ¿Como seria posible que un niño como yo, tan débil, tan tímido y frágil hiciera algo como eso?”, y así permaneció todo el camino al río, los mismos pensamientos, pensaba en que lograría el salto pero de pronto volvía la idea de que era muy débil.

Al llegar al río Neville se sentó en la orilla, se quitó sus zapatos, ropa y hasta quedarse en calzoncillos, decidió caminar por toda la orilla del río, miraba el agua tan tranquila y pacífica y tocaba la superficie con las puntas de sus dedos del pie ocasionando que se agitara un poco el agua, después de hacer unas veinte veces lo mismo, caminó aproximadamente cincuenta centímetros lejos de la orilla del río salto en el, al adentrarse a la termal agua se sintió orgulloso de al menos haber saltado con una buena velocidad.

Estuvo una hora nadando dando vueltas por toda la superficie del río, y al terminar su ultima vuelta se colocó en la orilla del río y dándose un impulso con sus brazos salió del agua sin ningún problema, se recostó unos minutos en el césped para que el agua se le escurriese y de esa forma no mojar la ropa, seguido de un rato se levantó y se puso toda la ropa en el orden en el que se la había quitado. Al estar listo comenzó a caminar hacia una pequeña casa que no debía estar a mas de unos veinte metros de distancia, caminó y caminó hasta haber llegado a la casa, era una casa de madera, parecía tener unos treinta años de antigüedad, Neville rodeó caminando todo el perímetro de la casa, y justo cuando terminaría todo el recorrido, escucho que alguien lloraba, así que abrió la puerta y ahí, en un rincón, había una niña de siete u ocho años, llorando, cubierta con una manta color rosa la cual tenía una flor azul en el centro, Neville camino hacia ella y le coloco una mano en el hombro y la niña se levantó y dió media vuelta para mirar quién más se encontraba en la casa, al ver a la niña Neville lo único que pensó fue: “Que niña tan mas hermosa”, esa pequeña niña parecía salida de un cuento de hadas, era blanca, ojos azules, pelirroja y vestía un hermoso vestido rojo con amarillo que le llegaba a la rodilla y en el hombro derecho tenia bordado el nombre Marisol.

Marisol vió de pies a cabeza a Neville y sin más lo abrazo, Neville no comprendió porque pero le siguió la corriente y de igual forma la rodeo con sus brazos, después de dos minutos Marisol dio un paso hacia atrás y salió corriendo por la puerta de la casa, Neville la siguió hasta que al fin se detuvo frente a una iglesia abandonada, entonces abrió la puerta y le hizo una seña a Neville para que entrara, el obedeció y ella entró después y cerro suavemente la puerta. Se quedaron en silencio sin articular ni una palabra, rato después Marisol dijo: “Esta iglesia es especial, tiene el poder mágico de la verdad”.

Al escucha esto Neville puso cara de no comprender bien lo que la pequeña Marisol le había dicho, y antes de poder decir no entiendo Marisol dijo: “En esta iglesia no puedes decir ni una mentira, aunque quieras, aunque intentes decirla no lograras hacer que salga de tu boca”, Neville puso los ojos como platos e intento decir una mentira, pero en efecto, no lo logro, no pudo ni siquiera decir la primera silaba, al notar esto Marisol asistió con la cabeza y dijo: “Te lo dije”, y termino con una pequeña risa burlona, y añadió: “Te he traído aquí para ver si tendré un buen amigo”, Neville movió la cabeza de arriba abajo en forma afirmativa y Marisol dijo: “¡Que bien!, aunque eres muy callada pero eso no importa” y le guiño el ojo, salieron de la iglesia y comenzaron a caminar mientras Marisol le contaba una historia de terror, al terminar la historia estaba ya llegando el atardecer, así que se sentaron en la orilla del rio donde Neville había estado nadando, comenzaron a hablar de lo que les gustaba y disgustaba, y cuando se dieron cuenta ya eran las nueve de la noche y Neville invito a Marisol a su casa, entonces se levantaron y caminaron durante dos horas hasta que llegaron a una inmensa casa y entraron, la mamá  de Neville, la señora Rosa los recibió cortésmente y tuvieron una gran cena, esa escena se repitió durante un año todos los días hasta que un día Marisol al irse de la casa de Neville dejo la puerta abierta y el perro de la señora Rosa, Pedro se salió y al día siguiente lo encontraron ahogado en el rio, durante días la señora Rosa lloro, lo cual hizo que Marisol se sintiera muy culpable, un día Marisol le escribía una carta a Neville y a su mamá pidiéndoles una disculpa y al día siguiente de tan culpable que se sentía se ahogo en el rio, pero nunca nadie lo supo, Neville solo pensó que se había ido a otro lugar.

CUENTO: QUINTO LUGAR

QUINTO LUGAR
Autora: Astrid Macías Sánchez
Colegio Juan Manuel Enriquez

DROWINTANIA
Hola, me llamo Santiago y te voy a contar como fue que encontré el verdadero significado de la amistad.

Era un sábado por la tarde, mis padres, mi hermano y yo habíamos ido a casa de mi tía Alejandra a celebrar su aniversario de maestra. Ella vivía en el campo. Tenía una casita preciosa. Desde la ventana de mi habitación podían verse a lo lejos las montañas que parecían haber servido de cama a algún gigante. El cielo parecía hecho a mano, con nubes de terciopelo colocadas estratégicamente para simular un rebaño de ovejas. En el viento fresco había un aroma a pan caliente, que provenía del horno de algún vecino. El suelo, parecía una alfombra de granos de café, la tierra estaba húmeda por la lluvia del día anterior.

Del otro lado de la casa, había paja aplanada en montoncitos del tamaño de un oso de peluche gigante. Era el ambiente adecuado para disfrutar de un buen libro acompañado de una taza de chocolate caliente con bombones flotando en la superficie.

Mauricio, mi hermano pequeño, había ido a casa del vecino a jugar con su amigo Esteban. Personalmente, creo que debería ir yo también a hacer amigos, sin embargo, soy algo… pusilánime.

-¡Santiago!, hijo ven por favor. – Me llamó mi madre desde la cocina.
-Ya voy  -le respondí pesarosamente.

Calcé mis tenis y me dirigí hacia la cocina donde mi tía y mi mamá preparaban su “pasta especial”, que habitualmente era solo para ocasiones especiales.

-Santiago, ve a casa de Esteban y dile a tu hermano que enseguida serviremos la comida, si quieren inviten a Esteban y a Regina su hermana.
-Perfecto – Dije sarcásticamente.

Regina y yo habíamos sido amigos el verano antepasado, pero ambos cambiamos y fue inevitable que nos dejáramos de hablar.
Salí de la casa, baje las escaleras del porche y me puse encamino.
Era un sendero largo y empedrado, amplio y algo lúgubre. A pesar de que aun era medio tarde, el recorrido hacia la casa de Regina,  me hacía estremecer. Cuando por fin llegué, observé la puerta  y dudoso, toque el timbre dos veces. Al abrirse la puerta, pude ver rápidamente que casi no había muebles.
-Buenas tardes muchacho ¿Qué se te ofrece?

- ¿Qué tal? Soy Santiago, el hermano de Mauricio, venia por él y por Esteban y Regina, mi madre quiere que coman con nosotros.

-¡Oh! ¡Santiago! Cuanto has crecido, ¡estas enorme! –Dijo la mamá de Regina asombrada. Valentina era su nombre, tenía cabellos largos de seda, ojos de diamante las perlas de su boca lucían mucho con sus labios carmín. Regina era idéntica.

Llamo a los tres y nos despidió diciendo que tuviéramos cuidado al regreso.

En cuando vi a Regina, recordé esas tardes donde ni la lluvia ni los truenos  podían  hacernos parar de jugar. Pero había algo diferente en ella. Ahora que tenía 15 años, era más hermosa, tenía su cabello dorado como el oro, en su mirada había un destello de gozo. Su cuerpo parecía haber sido estirado, era esbelta y caminaba con un garbo digno de una dama.

-Hola Santi, tanto tiempo sin vernos – Dijo esbozando una sonrisa encantadora.

-Sí, mucho… ¡wow! Cambiaste mucho Regina. ¡Pareces otra! –Le dije algo sonrojado. Ella también se apenó y solo sonrió amablemente.

- Bueno vayamos a casa de tu tía, Y cuando acabemos necesito que me acompañes, quiero mostrarte algo. –Dijo finalmente.

-Bien, hacemos lo que dices –Después de eso, nos pusimos en camino.                                       
Mientras avanzábamos hacia la casa. Regina me contaba todo lo que había hecho el verano pasado. Quede boquiabierto. Regina era tan  valiente y tenía un gran espíritu aventurero. Es por eso que cuando propuso que saliéramos después de comer, supe inmediatamente que sería algo interesante.

Una vez que acabamos la pasta, Regina dijo que saldríamos a dar un paseo.

Ella iba enfrente de mí, y yo por mi parte, iba pensando en lo que aquello pudiera ser. Al llegar a la entrada del bosque, Regina se detuvo frente al roble grueso y frondoso.

-Bien, llegamos.
-¿Me tratas de decir, que querías mostrarme…un árbol?
-Bueno, no es un árbol común, mucho menos corriente. Es especial.

-Ah ¿sí? Y ¿Qué tiene de particular este árbol? Dije algo molesto.

-Pues, veras, no me lo vas a creer… Tenía una onza de exaltación en sus palabras y sus enormes ojos reflejaban que era algo importante.

-Ajá… continúa…

-¡Es mágico!

-Jajajajaja –Me burle de la aparente tontería que Regina acababa de Decir.
-¡No te rías! ¡Es cierto!

Dijo esas palabras, algo enojada, y se dio la vuelta quedando frente al roble.
Pronuncio unas extrañas palabras y ¡BOM! Una puerta salió de nada en el tronco. Yo estaba atónito. Aquello era algo sorprendente.

-Anda, ¡Sigue riendo Santiago! – Dijo echándome en cara mi burla.

Entro por la puerta y me jaló para que fuera con ella.

Al entrar, no pude creer lo que mis ojos veían, ¡Todo era tan hermoso! Había árboles de copa muy elevada, en la que parecía ser el cielo, volaban con singular despreocupación, una parvada de… ¡Tordos!

El pasto era verde y lucia muy acogedor. A lo lejos pude ver un río de aguas cristalinas, en la orilla había un muelle de madera. Una montaña sobresalía de todas las demás debido a su extraordinario color.

Esa montaña parecía especial e importante, era dorada y de su superficie, brotaba un líquido transparente que yo desconocía.

Regina me tomo la mano y la colocó en un arbusto en forma de nube.

-Esto querido Santi, se llama Drowintania. Fue creada por el Dios de la naturaleza y según  lo que he leído, solo abre sus puertas cada 13 millones de años, en verano. Pero no toda la gente puede entrar, no, solo los privilegiados seres nobles pueden tener acceso. Además, si entras aquí, es porque pronto obtendrás un tesoro invaluable.

-¿Dónde leíste eso?

-Encontré un libro en la entrada, hay lo explica todo.

Pasamos horas explorando aquel paraíso, había criaturas que en mi vida, jamás imagine ver. Regina decidió mostrarme un lugar especial. Tomamos una lámpara y juntos atravesamos un pequeño sendero obscuro. Me sentía temeroso, como si algo superior a mi me estuviera apretando el corazón.

Siempre que iba a tener una aventura, me daba miedo.

Regina tropezó con una roca y al intentar levantarse, un profundo hoyo se abrió… lo único que podía ver era obscuridad. No supe qué hacer

-¡Santiago! ¡Ayúdame por favor!

¿Pero qué hago Regina?

-¡He caído en la trampa del rey  injusto! Lo único que tienes que hacer es tener valor y no soltar mi mano…

La tome del brazo, pero en cuanto la toque, criaturas espantosas comenzaron a morderme los pies. Estaba muy asustado y no sé por qué, recordé los momentos cuando Regina y yo paseábamos juntos.

Decidí que ella seguiría conmigo, para leer historias de detectives juntos, como antes y que esta vez, no tendría miedo. Era hora de pensar no solo en mí, con la fuerza que me quedaba, la jalé para evitar que cayera. Regina había compartido conmigo su lugar especial y yo, le estaba dando mi esfuerzo.

Fue difícil, pero logre que Regina estuviera a salvo. Cuando ambos estuvimos en tierra, desde el cielo se abrió un orifico por donde un angelical espíritu descendió.

-“Santiago, hoy descubriste lo que es el valor de la amistad, estuviste arriesgando tu propia vida para salvar a Regina, y tu esfuerzo a dado frutos.
Drowintania te concede el tesoro de la amistad, a este maravilloso lugar podrán venir cuando lo deseen”.

                                                                                                        Levin Lumiere.